⏰ 7:30 PM | 🌧️ Noche con llovizna | 🏟️ Sports Illustrated Stadium, Harrison NJ
📷 Nikon Z8, Nikon D750 | 🎯 Lentes: Nikkor Z 100-400mm, Nikkor 70-200mm
⚙️ WB: Auto | ISO 800–5000
✍️ Photojournalist: Manuel F. Nieves 🇺🇸

El New York Red Bulls volvió a tropezar en casa y cayó 2–3 frente a su clásico rival NYCFC en el Hudson River Derby disputado en el Sports Illustrated Stadium de Harrison, NJ. La derrota dejó a los locales en una situación crítica en la tabla, aunque aún mantienen una mínima esperanza matemática: necesitarán ganar todos los puntos que restan en la temporada regular y esperar que Chicago pierda sus próximos compromisos para aspirar a clasificar.

El arranque del partido fue un golpe temprano para los hinchas rojos. A los 95 segundos, Nicolás Fernández Mercau silenció el estadio con el 0–1 para NYCFC. Sin embargo, el joven Julian Hall levantó al público con su primer tanto de la noche en el minuto 23, devolviendo la ilusión. Poco después, Andrés Perea volvió a desnudar las falencias defensivas de los Bulls con un cabezazo que se coló lentamente en el arco de Carlos Coronel, quien reaccionó tarde.

Con el marcador adverso (1–2), el Red Bulls se fue al descanso entre murmullos de resignación en la tribuna, mientras los visitantes recuperaban confianza tras su reciente caída ante Inter Miami.

El inicio del segundo tiempo trajo un nuevo respiro para los locales: Emil Forsberg empató en el 47’ con un remate preciso. El grito se escuchó fuerte desde ambos sectores del estadio, pero la euforia duró poco. A los 65’, el capitán Thiago Martins aprovechó un rebote tras el cabezazo de Perea para sentenciar el 2–3 definitivo. Desde entonces, la desesperación fue la protagonista en los Bulls, cuyos ataques se diluían sin claridad, mientras las gradas visitantes estallaban con cánticos de “Olé, olé, olé”.

Los últimos minutos estuvieron cargados de drama: un gol anulado por fuera de lugar y dos llegadas claras de NYCFC mantuvieron en vilo al público. La pitada final confirmó la derrota y encendió las críticas hacia el técnico Sandro Schwarz y la zaga defensiva, señalada durante toda la temporada por su irregularidad.

A pesar de este traspié, el Red Bulls no está matemáticamente eliminado. La posibilidad es mínima, pero existe: todo dependerá de que sumen victorias en sus partidos restantes y que Chicago deje escapar los puntos en disputa. Entre tanto, la afición roja se aferra a esa pequeña ventana de esperanza, aunque la sensación general es de frustración tras otra campaña marcada por altibajos.

Red Bulls fall 2–3 to NYCFC and cling to slim playoff hopes

⏰ 7:30 PM | 🌧️ Light drizzle night | 🏟️ Sports Illustrated Stadium, Harrison NJ
📷 Nikon Z8, Nikon D750 | 🎯 Lenses: Nikkor Z 100-400mm, Nikkor 70-200mm
⚙️ WB: Auto | ISO 800–5000
✍️ Photojournalist: Manuel F. Nieves 🇺🇸

The New York Red Bulls suffered another setback at home, falling 2–3 to NYCFC in the Hudson River Derby at Sports Illustrated Stadium in Harrison, NJ. The result left the hosts in a precarious position, though they still retain a slim mathematical chance: the Red Bulls must win all their remaining regular-season matches while hoping Chicago drops points in order to keep their playoff hopes alive.

The night began with an early shock for the home fans. Just 95 seconds into the match, Nicolás Fernández Mercau struck the opener for NYCFC. The Red Bulls responded through young Julian Hall in the 23rd minute, igniting hope inside the stadium. However, Andrés Perea quickly restored the visitors’ lead with a header that drifted past Carlos Coronel, whose late reaction proved costly.

Trailing 1–2, the Red Bulls headed to the locker room under heavy murmurs from the stands, while NYCFC’s supporters regained confidence after their midweek defeat to Inter Miami.

Early in the second half, Emil Forsberg equalized in the 47th minute, lifting the Red Bulls’ hopes once more. The roar of the crowd was deafening, but the joy didn’t last long. In the 65th, captain Thiago Martins capitalized on a rebound from Perea’s effort and netted the decisive 2–3. From that moment on, desperation gripped the hosts as their attacks fizzled, while NYCFC’s fans erupted with chants of “Olé, olé, olé.”

The closing stages were filled with drama: a disallowed goal for offside and two near misses by NYCFC kept both benches on edge. When the final whistle blew, frustration spread across the Red Bulls camp. Criticism quickly fell on head coach Sandro Schwarz and the defensive unit, whose inconsistency has plagued the team all season.

Despite the defeat, the Red Bulls are not yet mathematically eliminated. Their path is narrow and unlikely, but alive: winning out and relying on Chicago’s slip-ups. For the fans, it is a faint light of hope in a season otherwise marked by inconsistency and disappointment.